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sábado, 28 de septiembre de 2013

AL PRINCIPIO FUE LA ACCIÓN



Pensamiento Político: Georges Sorel

“Sorel, enigma del siglo XX, parece un injerto de Proudhon, enigma del XIX”, escribía Daniel Halévy en su prólogo al libro de Pierre Andreu: Sorel, nuestro maestro (1953).

Enigma, en efecto, que el doctrinario edifica como un gigante, con las orejas pegadas a las sienes, la nariz chata, los ojos claros y la barba blanca. Enigma de un socialista encarnizado encantado con la Revolución rusa, simpatizante de la Acción Francesa, admirador de Renan, Hegel, Bergson, Maurras, Marx y Mussolini.

Georges Sorel nació en Cherburgo, el 2 de noviembre de 1847. Es doblemente normando, hijo de dos de las más antiguas familias emigradas a la Galia desde Escandinavia en la alta Edad Media. Su tío paterno, Albert Sorel, sería el historiador “oficial” de Napoleón III.

Politécnico, ingeniero de puentes y caminos, Sorel únicamente se consagra a los problemas sociales a partir de 1892. Su obra puede sintetizarse en un solo libro: “Reflexiones sobre la violencia”, en el cual sintetiza lo más sustancial de su anterior producción: “Las ilusiones del progreso”, “Sobre la Iglesia y el Estado”, “Sobre la utilidad del pragmatismo”, “La descomposición del marxismo”, “De Aristóteles a Marx”, “La ruina del antiguo mundo”, “El proceso de Sócrates”, etc.

Publicado por vez primera en 1908, “Reflexiones sobre la violencia” es una obra que nunca a dejado de reeditarse y de ser leída y meditada, por Lenin y por Mussolini, por Maurras y por Charles De Gaulle, por Oliveira Salazar y por Mao Tse Tung.

El libro fue pensado y construido para servir de obra base del sindicalismo revolucionario.

Hostil al socialismo parlamentario y a Jaurés, al que acusa de nutrirse de la ideología burguesa, Georges Sorel les opone lo que él denomina como “nueva escuela”. Sorel concibe la huelga como la forma esencial de la reivindicación social. Es por medio de la huelga general como la sociedad será dividida en facciones enemigas y será destruido el Estado burgués. La huelga es “la manifestación más brillante de la fuerza individualista en las masas sublevadas”.

La huelga implica la violencia. A la inversa de los socialistas de su tiempo – excepción hecha de Proudhon -, Sorel no opone el trabajo a la violencia. Rechaza glosar sobre “el deseo de paz de los trabajadores”. La violencia es para él un acto de guerra: “Un acto de pura lucha, semejante a la de los ejércitos en campaña”, escribe.

“Esta asimilación de la huelga a la guerra es decisiva – indica Claude Polin en el prólogo a la nueva edición de Reflexiones sobre la violencia –, porque todo lo que afecta a la guerra se produce sin odio y sin espíritu de venganza: en la guerra no se mata al vencido; no se suponen inofensivas las consecuencias que los sinsabores puedan provocar en el campo de batalla”. Ello explica por qué Sorel rechaza la “violencia vengativa” de los revolucionarios de 1793: “Nunca debe confundirse la violencia con las brutalidades sanguinarias que no conducen a nada”.

Al principio fue la acción

Recogiendo la distinción clásica entre guerra “justa” y guerra “injusta”, opone la violencia burguesa a la violencia proletaria. Esta última posee, a sus ojos, una doble virtud. No solamente debe asegurar una revolución futura, sino que es también el único medio del que disponen las naciones europeas, “entontecidas por el humanitarismo”, para retomar su antigua energía.

La lucha de clases es, pues, un enfrentamiento de voluntades firmes, pero no ciegas. La violencia deviene la manifestación de una voluntad. Al mismo tiempo, ejerce una especie de función moral: produce un estado de “espíritu épico”.

“La violencia –declara Sorel a su amigo Jean Variot– es una doctrina intelectual: la voluntad de los cerebros poderosos que saben lo que quieren. La verdadera violencia es necesaria para llegar al fondo de las ideas”.

Sorel había aplaudido las palabras de Goethe: “Al principio fue la acción”. Para él, el hombre que actúa es siempre superior al hombre que soporta: “La violencia verdadera hace aparecer al primer plano el orgullo del hombre libre”.

Para restituir la energía al mundo actual se necesita un “mito”, es decir un tema que no es ni verdadero ni falso pero que actúa poderosamente sobre el espíritu moviliza e incita a la acción.

Georges Sorel veía en la Prusia del siglo XIX la heredera de la Roma antigua.

Encuentra, para cantar las “virtudes prusianas”, un tono que no deja de evocar a Moller Van den Bruck – Der preussische Stil -. “Sorel, el artesano, hace culto del trabajo bien hecho – comenta Claude Polin – , y el trabajo bien hecho debe constituir un fin en sí, independientemente de los beneficios a retirar. 

Este desinterés es también el propio de la violencia. En el fondo del pensamiento de Sorel se encuentra la intuición de que todo trabajo es una lucha, y de que el trabajo nunca está bien hecho si no se entiende como lucha. Esta idea reanuda la intuición del carácter esencialmente prometeico del trabajo. Todo verdadero trabajo es una transformación de las cosas que comporta la necesidad de transformarse a sí mismo y a los otros consigo”.

Paso a paso, Sorel termina por denunciar la democracia, “verdadera dictadura de la incapacidad”, conjugando los acentos de un Maurras y de un Bakunin.

La dictadura del proletariado le parece, a la vez, un engaño y un señuelo: “Se necesita ser muy ingenuo para suponer que las gentes que sacan provecho de la dictadura demagógica abandonarán fácilmente sus ventajas”. De paso, denuncia el rol de vanguardia que pretende realizar el bolchevismo intelectual: “Todo el devenir del socialismo reside en el desarrollo autónomo de los sindicatos obreros” – En Materiales para una teoría del proletariado -. “Marx no siempre estuvo bien inspirado. […] En sus escritos se encuentran no pocas tonterías procedentes de los utopistas”.

Esta concepción de la acción se encuentra en completa oposición con las teorías “vanguardistas” – el trotskismo, por ejemplo -. Pero la podemos redescubrir en las proposiciones del sindicalismo revolucionario y del anarco-sindicalismo.

Finalmente, si Sorel defiende al proletariado con tal encarnizamiento no es por sentimentalismo, como Zola, ni por el gusto pequeño-burgués por la culpabilidad, ni mucho menos porque así daría pruebas de una “conciencia de clase”, sino porque está convencido de que en el seno de la sociedad burguesa, únicamente el pueblo puede todavía encontrar esa energía que las clases dirigentes han perdido. 

Consciente de las “ilusiones del progreso”, constata que las sociedades, como los hombres, son mortales. A esta fatalidad él opone una voluntad de vivir, una de cuyas manifestaciones es la violencia.

En la actualidad Sorel denunciaría toda la sociedad vendida por “los maestros de la contestación”. 

“Marcuse representaría a sus ojos – escribe Polin –, el ejemplo típico del hombre degenerado por la creencia beata en el progreso, frustrado con el progreso porque no ve cumplida ninguna de sus expectativas, incapaz de poner su esperanza en algo más que en el progreso exacerbado, radicalizado, en el sueño de una abundancia completamente automática que aportaría en primer lugar la felicidad en cuanto sea posible satisfacer las pasiones más elementales, incapaz, en una palabra, de comprender que la fuente del mal está en el corazón del hombre desvirilizado por la fe económica”.

El nombre de la vieja Antioquia

A partir de 1907, Georges Sorel se convirtió en el artesano de un acercamiento entre los antidemócratas de derecha y de izquierda. El órgano de esta conjunción es la publicación mensual Revue critique des idées et des livres, en la cual el nacionalista Georges Valois publica los resultados de su encuesta sobre la monarquía y la clase obrera.

En 1910 aparece la revista La Cité française. Después, entre 1911 y 1913, L´Indépendance. En estas publicaciones aparecen las firmas de Georges Sorel, Jean Variot, Edouard Berth, Daniel Halévy, pero también la de los hermanos Tharaud, de René Benjamín, Maurice Barrès y Paul Bourget.

En 1913, el periodista Edouard Berth, autor de “Las fechorías de los intelectuales”, saluda a Maurras y Sorel como “los dos maestros de la regeneración francesa y europea”. Pero, en septiembre de 1914, Sorel le escribe: “Estamos en una era que bien podría caracterizarse por el nombre de la vieja Antioquia. Renan describió perfectamente esta metrópolis de cortesanos, charlatanes y mercaderes. Tendremos el placer de ver a Maurras condenado por el Vaticano, lo que sería un justo castigo a sus incorrecciones. ¿A quien podría interesar un partido realista en una Francia únicamente interesada en restaurar la vida muelle de Antioquia?”

“A Maurras – explica el sociólogo Gaetan Pirou –, Sorel le reprocha ser demasiado demócrata; reproche que, a primera vista, puede parecer paradójico. En realidad, Sorel quería decir que Maurras, positivista e intelectualista, no había repudiado la democracia mas que en sus aspectos políticos y no en sus fundamentos filosóficos”.

Nacional-revolucionarios

Sorel ejercerá tanta influencia en Barrès y Péguy como en Lenin. Éste último, en “Materialismo y empirocriticismo”, le denunciará no obstante como un “espíritu desordenado”.
Más que Francia – observa Alexandre Croix en “La revolución proletaria”–, Italia sería la “tierra prometida del sorelismo”. Sorel ejercerá una poderosísima influencia en la escuela sindicalista dirigida por el futuro ministro italiano de trabajo – entre 1920 y 1922 -, Arturo Labriola. Éste, en 1903 traduce “El futuro socialista de los sindicatos”. Uno de sus lugartenientes, Enrico Leone, redactó, en 1906, el prólogo de la primera edición italiana de “Reflexiones sobre la violencia”, publicado con el título de “Lo sciopero generale e la violenza”.

Mediante esta traducción, Sorel alargará su influencia a Vilfredo Pareto, Benedetto Croce, Giovanni Gentile y, por la mediación de Hubert de Lagardelle, sobre Benito Mussolini.

En Alemania, el sorelismo encuentra una especie de prolongación en las corrientes nacional-revolucionarias y nacional-bolcheviques que se manifestaron a partir de 1920 – cfr. Michael Freund. Georges Sorel und der revolutionäre Konservatismus, 1932 -.

Cuando murió Sorel, en 1922, el entonces monárquico Georges Valois, futuro fundador del primer partido fascista fuera de Italia, en la revista de la Acción Francesa, y el socialista Robert Louzon, en Le Socialiste, le rindieron sendos homenajes que asombran por su semejanza a quien alcanza a leerlos. 

Pocas semanas más tarde, Benito Mussolini, justo después de tomar el poder con la marcha sobre Roma, declaraba al corresponsal en Italia del diario madrileño ABC: “Es a Sorel a quien más le debo”. 

El gobierno fascista y el Estado soviético propusieron el mismo día asumir los costes de un monumento ante su tumba.

Fuente                                                        Alain de Benoist
disenso.info

viernes, 27 de septiembre de 2013

SALID Y DESAFIAD LA OPINIÓN




ENCARGO

Id, canciones mías, al solitario y al insatisfecho,
id también al desquiciado, al esclavo de las convenciones,
llevadles mi desprecio hacia sus opresores.
Id como una ola gigante de agua fría,
llevad mi desprecio por los opresores.

Hablad contra la opresión inconsciente,
hablad contra la tiranía de los que no tienen imaginación,
hablad contra las ataduras,
id a la burguesa que se está muriendo de tedio,
id a las mujeres de los barrios residenciales,
id a las repugnántemente casadas,
id a aquellas cuyo fracaso está oculto,
id a las emparejadas sin fortuna,
id a la esposa comprada,
id a la mujer comprometida.

Id a los que tienen una lujuria exquisita,
id a aquellos cuyos deseos exquisitos son frustrados,
id como una plaga contra el aburrimiento del mundo;
id con vuestro filo contra esto,
reforzad los sutiles cordones,
traed confianza a las algas y tentáculos del alma.

Id de manera amistosa,
id con palabras sinceras.
Ansiad el hallazgo de males nuevos y de un nuevo bien,
oponeos a todas las formas de opresión.
Id a quienes la mediana edad ha engordado,
a los que han perdido el interés.

Id a los adolescentes a quienes les asfixia la familia…
¡Oh, qué asqueroso resulta
ver tres generaciones reunidas bajo un mismo techo!
Es como un árbol viejo con retoños
y con algunas ramas podridas y cayéndose.

Salid y desafiad la opinión,                                                                      
id contra este cautiverio vegetal de la sangre.
Id contra todas las clases de manos muertas.

                                                                                                         Ezra Pound

jueves, 26 de septiembre de 2013

COMPRENDER EL IMPERIO



Alain Soral: el intelectual que ha conmovido la "correción política"

En la Rive Gauche y los cenáculos del poder parisino el caso Soral ha causado un terremoto. Uno de los intelectuales de izquierda de más renombre ha llamado a votar al Front National.

Hace pocos días el polémico escritor francés Alain Soral, antiguo comunista, próximo a Jean Pierre Chevenement en las elecciones de 2002, ha manifestado en rueda de prensa su colaboración abierta con el Frente Nacional de Jean Marie Le Pen

Según Soral, "solo el nacionalismo tiene los fundamentos para encarnar una alternativa económica y social al mundialismo y al ultraliberalismo". 

Además, añade que cree que "si Marx viviera hoy llamaría a votar a Jean Marie Le Pen" y que el Frente Nacional, "que es una suma de obreros, pequeños patronos y artistas" y que es el "partido del pueblo", lleva "el espíritu de la Comuna".

Tan pintorescas declaraciones chocarán a más de uno pero, sin embargo, analizadas fríamente pueden servir de enseñanza.


 Algún imbécil podría invocar el manido tópico de que "los extremos se tocan", pero nadie sensato puede creer que un partido como el Frente Nacional francés, que es cada vez más transversal y que agrupa a más de cinco millones de ciudadanos franceses de toda índole y condición –muchedumbre a la que, por cierto, se secuestra institucionalmente toda posibilidad de representación- esté compuesto de fanáticos y perturbados.

Personalmente, creo que Soral se equivoca de medio a medio cuando equipara lo que llama "el nacionalismo" con "el espíritu de la Comuna". Más bien, la Comuna está en la misma línea ideológica cosmopolita y apátrida que comparten por igual el neoliberalismo y la izquierda: el mesianismo mundialista, el olvido de las raíces o la reducción de la identidad popular a un espacio económico y legal son características de todo el espectro político homologado. Incluso en España, los "nacionalistas" periféricos carecen de una definición clara de sus supuestas identidades y capitulan como todos ante el artero sofisma de la "ciudadanía".

Pero la gran enseñanza de las declaraciones de Soral es que nos muestra que en mucha gente existe la voluntad de romper el bipartidismo con una fuerza política que ataque directamente la raíz cosmopolita de la ideología dominante; es decir, que ataque la alienación de los hombres en el mercado y su reducción a meros activos económicos, a consumidores que viven para sostener una inmensa maquinaria de poder no justificado.

A menudo, en estas páginas somos censurados y alabados en los términos que impone la dictadura del pensamiento y que aluden a nuestro supuesto "izquierdismo" o a nuestro supuesto "derechismo". Pero nada de esto es cierto porque nosotros defendemos valores objetivos que no admiten los compromisos a los que nos tiene acostumbrados el político o el periodista de turno; unos valores que se sitúan siempre por encima de la lucha partidista y a los que repugna la negación de la propia historia y la sumisión de los pueblos a los intereses del mercado.

En esta columna hemos repetido muchas veces que el fin de los partidos al uso es conducir a una vía muerta las iniciativas de rebelión de los pueblos. 


Por eso la colaboración con ellos solo puede ser táctica y momentánea, y por ello también más allá de la enervante política cotidiana, que nos ahoga en el detalle para cegarnos ante lo obvio, creemos que existe un horizonte absolutamente salvador.

Es muy posible que Alain Soral haya sido capaz de otear ese horizonte para sumarse a una búsqueda secular. 

En palabras de dos norteamericanos eminentes, Paul M. Weyrich y William S. Lind, son muchos los que buscan "una unión creciente de personas comprometidas con un estilo de vida diferente". Que compartan el rechazo común a la cultura popular, a la vida basada en los deseos y en la recompensa inmediata y a la ideología del multiculturalismo y de lo políticamente correcto. 

Que busquen trabajar con otros americanos y, quizás, con otros europeos también, que sepan que el pasado fue mejor que el presente y que estén comprometidos a vivir como hicieron sus ancestros, según las normas de la cultura occidental. 

Que lleven sus anhelos hasta la arena política, aunque sus enemigos movilicen el poder del Estado para aplastarles, pero que miren más allá de la política a las vidas vividas al viejo estilo, como faro para los pasos del prójimo, como heraldos de un mundo restaurado y como testimonios de la única forma sana de poder, el poder del ejemplo. Y podríamos quizás también añadir que como ofrenda a Dios".

Fuente
elsemanaldigital                                     Eduardo Arroyo


Alain Soral en el año 2007 fundó la asociación Egalité et Reconciliation, grupo de “izquierda nacionalista” que preside en la actualidad. 

En 2011, publica "Comprende l´empire" (Comprender el imperio), síntesis histórica y prospectiva económica y geopolítica, un ensayo sobre el poder en el que analiza el proceso en el que la banca se ha convertido en un verdadero imperio mundial. 

Sin ninguna publicidad en los medios de comunicación, el libro se convirtió en un superventas alcanzando los 40.000 ejemplares y el puesto 18 en el top ventas de Amazon.

 En septiembre de 2012, coescribe con sus amigos Zeon y Dieudonné el álbum de historietas Yatch People, que pone cara a cara a la oligarquía mundial y a una banda de piratas somalíes.

Leer+http://paginatransversal.wordpress.com/2012/11/07/alain-soral/

ver

miércoles, 25 de septiembre de 2013

KOSOVO JE SRBIJA



Algunos años después de la Gran Sustitución 
Kosovo, donde ya se ha concluido, hace unos años, la Gran Sustitución.[1] Kosovo: la absurdidad de un “Estado” que nace de bombardeos de civiles y de intereses extranjeros en lugar de surgir de una historia y de la voluntad de una comunidad popular. Un “país” en donde el choque de civilizaciones se manifiesta en todo: desde los nombres serbios tachados en los carteles hasta los cementerios cristianos que se encuentran en ruinas porque les está vedado a los serbios acudir a ellos, pasando por las banderas albanesas plantadas en las miles de casas en construcción antes de que estén siquiera terminadas…

El pueblo serbio, el mismo que dio nombre a los ríos, montañas y pueblos de Kosovo; el que edificó sus espléndidos monumentos; el que revalorizó su territorio, está hoy encerrado en enclaves que son auténticas cárceles al aire libre. Es peligroso salir de ellas, pues cada contacto entre ambas comunidades —serbia y albanesa— podría degenerar en un conflicto que volvería a prender fuego al polvorín balcánico. Y de todos modos, nada es posible aquí, para un serbio, fuera de su enclave.
Los serbios de las demás ciudades y pueblos de lo que, todavía antes de 2008, era una región de Serbia, siguen sin poder volver a sus casas. Fueron brutalmente expulsados de ellas durante los pogromos de 2004, en los que ocho de ellos encontraron brutalmente la muerte y quedó destruido una gran parte de su patrimonio religioso y arquitectónico.[1] Lo absurdo es que esta caza al serbio se produjo ante los ojos de 20.000 soldados de las fuerzas militares internacionales, inmóviles e incapaces de frenar la furia albanesa.
Con la marcha forzada de unos 300.000 serbios, la situación se ha calmado mucho. Sin embargo, todavía se mata en Kosovo. En abril de 2013, un anciano serbio fue asesinado por reivindicar la propiedad de su casa. Sí, aquí se muere por querer vivir en la tierra de sus antepasados.[2]
De modo que la gente se queda en su enclave. Ello significa que no tienen trabajo, están cortados del resto del mundo, si tienen necesidad de ir al médico… a varios centenares de kilómetros, se ven obligados a tomar uno de los escasos autobuses que llevan el cartel de “Servicio humanitario”.
Y luego surgen más preguntas. ¿Por qué es tan poco lo que se hace por estos enclaves? ¿Por qué es la solidaridad internacional, muchas veces procedente de pequeñas asociaciones benévolas, la que proporciona el material necesario para lo que queda de algún hospital, si es que queda? ¿Por qué son estas asociaciones (Amici di Decani, Belove Révolution, Solidarité Kosovo..) las que, junto con los monasterios, llevan una comida cotidiana a los serbios de los enclaves más aislados? 
Respuesta: porque la realidad es el abandono político, mediático, humano.
En Kosovo y Metohija no son sólo estas situaciones las que recuerdan el horror de la guerra y de los pogromos. Lo recuerda sobre todo el hollín visible por doquier en los antiguos barrios serbios; las huellas de los bombardeos; los centros fabriles destruidos o abandonados; los escombros de los monasterios demolidos; la presencia de los soldados internacionales delante de cada lugar cristiano… 
Y si ello no fuera suficiente, también se descubre este horror en las placas erigidas en honor de los terroristas del Uçk: cada doscientos metros un monumento decorado con la omnipresente bandera roja y su águila negra bicéfala, pues según la tradición de los albaneses, se convierte en tierra albanesa cualquier sitio en el que se ha derramado sangre albanesa. 
Y a todo ello se le tienen que añadir las listas de las decenas de centenares de serbios víctimas del más feroz tráfico de órganos de la historia; o las muchachas que se ven abocadas a la prostitución.
Son éstas las condiciones de existencia de un pueblo europeo que tanto se nos parece, pero cuya situación política le impide vivir como nosotros; tal es el resultado, en fin, de siglos de desplazamientos artificiales de poblaciones y de estrategias geopolíticas por parte de potencias extranjeras.
Pero Kosovo es también el encanto de un pueblo que, pese a los horrores y a la absurdidad en la que se encuentra,  ha mantenido viva su identidad a través de los siglos durante los que diversas fuerzas e imperios han intentado hacerle olvidar su historia y su cultura. Otomanos, austro-húngaros, yugoslavos de Tito, albaneses y norteamericanos. Pero no, no es tan fácil borrar la existencia de los serbios en Kosovo y Metohija .
Una identidad fuerte, hecha de orgullo y obstinación, de extrema hospitalidad y dignidad. Uno de los rasgos más seductores del carácter serbio es su alto sentido de la familia: unida, armoniosa y numerosa. Ahí está la obstinación serbia. Viven en un enclave devastado…, ¡pero no conocen el hijo único y siguen engendrados niños!
Y si hay serbios que se niegan a irse, es también porque Kosovo es el corazón histórico de Serbia, sede de la Iglesia y del patriarcado ortodoxo de su país
Pero es al entrar en uno de estos numerosos monasterios cuando uno comprende la auténtica dimensión de todo esto: te quedas deslumbrado. El patrimonio arquitectónico de Serbia es de una increíble riqueza: suntuosos iconos cubren cada centímetro de los monasterios atiborrados de reliquias de Esteban, el Sacro Rey de Serbia, con las primeras inscripciones del alfabeto cirílico en una antigua cruz de madera, con el grandísimo candelabro hecho con la fundición de las armas con la que lucharon los héroes caídos en la batalla de Kosovo Polje.
Estos monasterios son mucho más que simples lugares de culto o galerías de arte. Son parte integrante de la sociedad serbia. Son el refugio instintivo de la población en caso de peligro, el sitio de trabajo de numerosos habitantes de los enclaves, la autoridad y lel símbolo de todo un pueblo separado de sus instituciones. Los popes y los monjes mantienen un estrecho contacto con la población y dan muestras de un gran calor humano y de un notable  sentido de la realidad. Su función social es evidente: son guías espirituales, por supuesto; pero sobre todo son garantes de la identidad de su pueblo.
¿Cuánto tiempo se mantendrá aún esta identidad, esta cultura, esta gente?
Fuente
elmanifiesto                                              AUDREY D AGUANNO


[1] Ciento cincuenta iglesias o monasterios fueron destruidos desde la guerra de la OTAN de 1999. Durante el mismo período se construyeron cuatrocientas mezquitas gracias a la generosidad de otros países como Turquía o Arabia Saudí.
[2] Después de los pogromos, los albaneses se instalaron en las casas de los serbios. Y en ellas siguen tan campantes. Dado que se quemaron los archivos, y con ellos los catastros, les resulta imposible a los serbios probar la propiedad de su vivienda, la cual debería ser registrada, de todos modos, en la administración o en la policía kosovar… integrada exclusivamente por kosovares de etnia albanesa.
[1] La Gran Sustitución (en francés, Le Grand Remplacement): tal es concepto puesto en solfa por el filósofo galo Renaud Camus para calificar lo que, con la inmigración masiva procedente del Tercer Mundo, las pretendidas élites europeas nos están imponiendo a todos: el mayor trasvase de poblaciones de toda la historia. Eso que algunos llaman “alianza de civilizaciones” y que no es otra cosa que la mayor pérdida de identidad y de civilización. Para todos: tanto para quienes vienen como para quienes aquí están. (N. del T.)

martes, 24 de septiembre de 2013

LA FALSA IDEOLOGÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS



Derechos humanos: dogma de la modernidad

Nada habría que objetar contra los derechos humanos si con ello se quisiera decir simplemente “libertades cívicas” (y éstas fueran realmente tales: no meras formas jurídicas).

Pero no. Si los mal llamados “derechos humanos” constituyen la ideología que aquí se denuncia es por dos motivos. Porque ignoran la contrapartida de todo derecho: el deber. Y porque, intentando imponerse por igual a la totalidad de los pueblos del planeta, se sustentan en una falacia y una impostura. La falacia del hombre abstracto y universal. Y la impostura que de ahí se deriva: la uniforme globalización planetaria que destruye la multiplicidad de pueblos y culturas.

Escribe así Rodrigó Agulló en (enlace) Disidencia perfecta. La Nueva derecha y la batalla de las ideas:

"A lo largo de su recorrido multisecular, la modernidad ha ido generando una sucesión de consensos ideológicos tan “racionales” o “científicos” como mítico-religiosos en cuanto a su proyección sobre el imaginario “colectivo”: la fe en la Razón, en el Progreso, en la Igualdad, en la Ciencia, en el “Materialismo dialéctico”, etc.

 Todos esos ídolos han ido, uno detrás de otro, cayendo. ¿Qué es lo que le queda, pues, a nuestra época? Los derechos humanos.

"Los derechos humanos se configuran como el magma o condensado ideológico residual que han dejado tras de sí todas las desilusiones y fracasos de la modernidad. Es el único asidero posible frente a todos los descreimientos y ante todos los cinismos. El refugio último tras el derrumbe de las utopías. Es la ideología de la “tercera edad” del igualitarismo: el punto de llegada de todos los arrepentimientos, el lugar para mantener intacta la buena conciencia. Y como punto de fusión último de todos los universalismos, se constituye en nueva Religión Civil para todo el planeta.

"Pero es precisamente por tratarse del último refugio por lo que su imposición sobre las conciencias adopta formas cada vez más dogmáticas y cada vez más histéricas. Algo que pone de manifiesto, una vez más, el componente sacro que subyace en el fondo de esta ideología: la ideología de los derechos humanos."

"Distanciarse de la ideología de los derechos humanos no significa caer en la extravagante teoría de que el hombre no tiene derechos. Ni defender la arbitrariedad, la tiranía o el despotismo. Ni siquiera rechazar la idea de que cada hombre, por el mero hecho de serlo, ostenta una dignidad básica que se desprende de su condición humana. Criticar la ideología de los derechos humanos significa, en primer lugar, poner los focos sobre el carácter ideológico de la misma. Esto es, negar su carácter científico. Despojarla de su aura sacra y hacerla entrar dentro del ámbito de lo criticable. En segundo lugar, significa rechazar la idea de que esta ideología sea la mejor forma posible de defender los derechos y las libertades concretas de los hombres. Y en tercer lugar, significa poner de manifiesto que la función de esta ideología es suministrar un discurso legitimador para todo un sistema de hegemonías sociales. Esto es, que se trata de un instrumento de dominación."

La revista digital Elementos dedica su número 54 a La falsa ideología de los Derechos Humanos, abriéndose con las reflexiones de los máximos teóricos de la Nouvelle Droite: Más allá de los Derechos Humanos. Defender las Libertades, de Alain de Benoist, Reflexiones en torno a los Derechos Humanos, de Charles Champetier, La religión de los Derechos Humanos, de Guillaume Faye; seguida de la meditación Derechos Humanos: una ideología para la mundialización, de Rodrigo Agulló (autor de las líneas precedentes entrecomilladas), y otras colaboraciones como En torno a la Doctrina de los Derechos Humanos, de Erwin Robertson, ¿Derechos del hombre?, de Adriano Scianca, ¿Son universales los Derechos Humanos?, de François Julien, Los Derechos Humanos como derechos de propiedad, de Murray Rothbard.

Fuente 
elmanifiesto                   

Leer+ La falsa ideología de los derechos humanos

lunes, 23 de septiembre de 2013

SAN AGUSTÍN DE LA FLORIDA


 El Castillo San Marcos es la fortificación europea más antigua en el territorio de Estados Unidos.

San Agustín, la ciudad más antigua de Los EEUU de América. El primer Día de Acción de Gracias

Dentro de dos años se cumple el 450º aniversario de la fundación de la ciudad más antigua en los EEUU de América. San Agustín podría colocar una pancarta en las afueras de Jamestown, Virginia, para felicitarla por su 400 aniversario, y recordar de paso a todos que ella va a alcanzar los 450 años.

En la pancarta debería decir ''Feliz cumpleaños a nuestra hermana menor''. Jamestown recibió una gran atención en la primavera de 2007 cuando celebró el aniversario de su fundación el 14 de mayo de 1607, lo que la convirtió en el asentamiento inglés más antiguo de Estados Unidos. La reina Isabel  de Inglaterra la visitó, como también el presidente George W. Bush.

Pero San Agustín es la ciudad más antigua de la nación norteamericana y se apresta a conmemorar sus 450 años entre el 28 de agosto y el 1 de septiembre de 2015, esperemos que se lleve a cabo con el boato que tal ocasión requiere  incluyendo reconstrucciones históricas y una fiesta del Día de Acción de Gracias, así como que nuestro monarca asista a tan importante evento.

Recordemos que la Acción de Gracias celebrada por Pedro Menéndez de Avilés fue la primera celebrada en los actuales EEUU, luego vendría la del 30 de abril de 1598, celebrada por otro español Juan de Oñate, esta vez en el suroeste tras cruzar el Río Grande.

En el caso de Florida se conmemorará una fiesta celebrada en septiembre de 1565 por los españoles y los indígenas nativos de pueblo timucua o timucuano, con un menú que probablemente incluía  pavo, venado y guiso de cerdo salado.

Realmente hubo una gran alharaca en el aniversario de Jamestown, esperemos que no sea menos con San Agustín fundada mucho antes, el 8 de septiembre de 1565 por el español Pedro Menéndez de Avilés y su expedición de 500 soldados, 200 marineros más 100 agricultores y artesanos. Algunos  de los expedicionarios trajeron a sus esposas e hijos. Ellos, y no los peregrinos, celebraron el primer Día de Acción de Gracias en el Nuevo Mundo. Las primeras escuelas, hospitales y bancos en lo que hoy es Estados Unidos fueron construidos precisamente en San Agustín.

Hay una frase que siempre recuerdo: “¡Es que tenemos tantos….!”, así justificó hace unos años en París un alto cargo político la pasividad, ignorancia y desinterés tan generalizado en España, cuando no desprecio alimentado por los nacionalistas excepto cuando se trate de nacidos en su terruño que reclaman entonces en exclusividad, en relación con el firmamento estrellado de descubridores en América, y en los océanos, que serían héroes venerados por cualquier otro país.

 Asistimos a un conformismo cultural, histórico y político aceptado de forma ovejuna, tal como ha ocurrido con la conmemoración de los 500 años del descubrimiento de Florida por Juan Ponce de León, un castellano de Tierra de Campos, primer europeo confirmado en llegar a tierras de lo que hoy son los Estados Unidos. 

La propaganda anglosajona se preocupó de la celebración de los colonos que arribaron más al norte, a Jamestown, actual Virginia aunque anteriormente parte de Florida, en 1607, y casi un siglo después.

Dejemos claro que los exploradores ingleses ni siquiera lograron tener un asentamiento permanente como ocurrió incluso mucho antes con la desafortunada expedición española de Tristán de Luna, que se instaló en Pensacola, al noroeste de Florida, en 1559 y a la que un huracán destruyó su fuerte. Sí lo lograría seis años después, en 1565, Pedro Menéndez de Avilés, con la fundación de San Agustín en la costa este.

Hoy sus actuales residentes, hispanos y sajones, orgullosos de su historia, han luchado desde dentro de Estados Unidos de América para reivindicar la evidencia de ser la ciudad más antigua del país. Uno de sus directores de Turismo, Bill Adams declaró abiertamente en The Washington Post: "Se ha hecho caso omiso a San Agustín por ser de origen español, no inglés". Por ello Ponce de León al no haber fundado nada, ha quedado en el olvido aunque  su nombre es reconocido el bastantes lugares de Florida.

Aunque las autoridades españolas no han dejado de mencionar a Ponce de León como un gran hito en cualquier acto oficial que tenga que ver con EE UU, apenas se ha notado celebración alguna en su memoria, de cuando alcanzó Florida el día de pascua de resurrección de 1513.

A finales del año pasado, la presentación en San Agustín del programa Viva Florida 500, que acoge una serie de actos con este motivo, resultó “desértico”, sólo el alcalde de Santervás de Campos, pueblo natal de Ponce, y que prometió llevar una réplica de la pila bautismal del descubridor para que se instale en la catedral. En esa pequeña localidad de 140 habitantes al norte de Valladolid, sí han entendido la efeméride como un grito  a favor de los españoles olvidados y a su conciudadano en concreto.

Pero lamentablemente no todos los estadounidenses están enterados, ni los actuales españoles tampoco pues como observó Bill Adams, director municipal de turismo para la preservación de la historia y la tradición.


''Hablamos inglés y nos criamos en las tradiciones históricas inglesas, que han tendido a desestimar lo que los españoles contribuyeron a la historia'', los historiadores se han inclinado a “excluir a los españoles de sus libros de historia o a disminuir sus contribuciones. Eso es lo que han heredado los estadounidenses''.

Adams afirma que San Agustín también tiene parte de la culpa de no ser equiparada a Jamestown y Plymouth, Massachusetts, donde los peregrinos se establecieron en 1620, tal como afirmó ''No se ha publicitado muy bien''.

Pero agregó que la contribución de San Agustín a la historia estadounidense debe ser celebrada y cree que concitará más atención con la creciente población hispana en la nación y en su 450 aniversario ya próximo en el 2015. El rey y la reina de España, que estuvieron ya de visita en 2001, volverán a ser invitados.

''No sé cuánto tardará hasta que los hispanos se den cuenta de que San Agustín es su Williamsburg o su Plymouth o su Jamestown'', dijo Adams. ''San Agustín no es solamente el lugar natal de la cultura y asentamiento europeos en Estados Unidos, sino de la cultura hispana'' en América del Norte.
William Kelso, director de arqueología en Historic Jamestown, quien contribuyó a descubrir un fuerte en Virginia reconoció la importancia de San Agustín y por ello asistió en 1965 a la conmemoración de sus 400 años.

Aunque hay semejanzas entre San Agustín, Plymouth y Jamestown, también hay varias diferencias.
''Somos una ciudad viva'', afirmó George Gardner, ex alcalde de San Agustín, mientras que las otras dos son reconstrucciones. ''Esta es la ciudad más antigua en Estados Unidos. Todavía existe. Todavía está intacta''. Hay 36 edificios que datan de la época colonial y 40 que fueron reconstruidos para el 400 aniversario de la ciudad.

Aunque Jamestown fue la capital de Virginia desde su fundación hasta 1699, dejó de existir a mediados del siglo XVIII. Fue colonizada por motivos económicos, mientras que la religión motivó la fundación de Plymouth. España estableció San Agustín por razones estratégicas.
''No vinieron aquí para colonizar la Florida. No vinieron aquí para explotar sus riquezas. Vinieron a establecer una base militar que impidiera a sus enemigos fijar una posición desde la cual amenazar los barcos de España frente a las costas'', aseveró Adams.

En esos primeros años los residentes de San Agustín tenían que defenderse de ataques franceses y británicos, a veces indios hostiles, además de mosquitos, enfermedades, piratas y  sobre todo de las inclemencias meteorológicas materializadas en los brutales huracanes.
''La perseverancia contra tremendos obstáculos significó la supervivencia de la ciudad'', afirmó Garner.

Para proteger San Agustín, los españoles construyeron el Castillo de San Marcos, un fuerte imponente de piedra entre 1672 y 1696.

En 1738, los españoles establecieron el Fuerte Mose, a unos 3 kilómetros y medio, unas dos millas, al norte del Castillo, con un profundo significado pues fue la primera comunidad de negros libres en lo que hoy son los Estados Unidos de América.
Unos cien hombres, mujeres y niños vivían allí. La mayoría había sido esclavizada por los británicos, y tras huir y alcanzar tierra española se les concedía la libertad así como la oportunidad de combatir a sus esclavistas, origen del fuerte Mosé.

La basílica de San Agustín es la congregación religiosa más antigua de la nación establecida en 1565, a la vez que la fundación de la ciudad. San Agustín también puede felicitarse de haber tenido el primer nacimiento de padres europeos en el Nuevo Mundo: Martín de Argüelles, nacido en 1566 o 1567. Supera a Virginia Dare, nacida en Carolina del Norte en 1587, y al primer peregrino a bordo del Mayflower en Cape Cod en 1620, tal como afirmó David Nolan, escritor e historiador en San Agustín.

Además, en 1577, diez años antes del nacimiento de Virginia Dare, Pedro Menéndez Márquez escribió que había “44 mujeres, 62 niños y 11 mujeres embarazadas en San Agustín''.

Dentro de dos años como se viene haciendo anualmente se celebrará en San Agustín el desembarco del explorador español Don Pedro Menéndez de Avilés, pero en esta ocasión será la gran fiesta de la Conmemoración de los 450 años de la fundación de esta pintoresca ciudad.

Menéndez de Avilés noble asturiano nacido en la ciudad de Avilés, España, fue un fiel soldado de Felipe II, con un gran talento militar tanto en tierra como en el mar, además de tener dotes creativas en ingeniería naval.

Cuando el rey de España se enteró de la ocupación en territorio español por la secta religiosa de los hugonotes franceses, el monarca cambia sus  prioridades en América y decide enviar a Menéndez a Florida para confrontar dicha invasión y devolver los territorios a la soberanía de España.
Después de pasar varias semanas en el puerto de San Juan, Puerto Rico, Menéndez de Avilés salió hacia la Florida utilizando la misma ruta utilizada por Juan Ponce de León.

A bordo de la gran embarcación El Pelayo, de nueve toneladas y acompañado de 11 barcos con 500 soldados, 200 marinos y 100 colonos, fundó la ciudad de San Agustín el 8 de septiembre de 1565.
Normalmente las compañías de Santiago y St. James, miembros de Florida Living History, son los encargados de la representación del hecho. La misa de acción de gracias de la fundación de San Agustín es celebrada solemnemente por el obispo de la diócesis católica de San Agustín, seguido de una procesión y lecturas sobre la fundación que en ocasiones han sido protagonizadas por el Dr. Timothy J. Johnson, presidente del Departamento de Humanidades del Colegio Universitario Flagler.

Otras actividades relacionadas con esta celebración se llevan a cabo en el parque de La Fuente de la Juventud y son abiertas al público en general igualmente las celebraciones en los terrenos de Misión Nombre de Dios.

Ponce de León, herido por una flecha india durante su segundo viaje a Florida, murió en La Habana en 1521 a los 61 años, lejos de Castilla, y 500 después ha quedado lejos de ser reconocido.
Esperemos que la insigne figura de Pedro Menéndez de Avilés Adelantado, Gobernador y capitán General de la Florida, quede reconocida a ambos lados del océano con la solemnidad que merece y por lo que lucha con denuedo don Álvaro de Armada y Barcáiztegui, conde de Güemes y heredero del título de Adelantado de la Florida.

Fuente
elesiadigital           

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La ciudad más antigua de Estados Unidos es hispana

domingo, 22 de septiembre de 2013

ESPAÑA ES PASIÓN



Investigación, Ciencia, Producción, Ecología e Identidad Cultural 
Los recientes acontecimientos protagonizados por la delegación española del COE en Buenos Aires han dejado algo en evidencia: somos un país ridículo en muchos aspectos.
La demagogia, los aspavientos, el “buenismo”, la laxitud, la fiesta y el folklore histriónico dominan y predominan en la vida cotidiana de los ciudadanos de España.
¿Hasta cuándo? ¿Qué se necesita para sacar esta sarta de rancios casposos que nos gobiernan y qué para impedir que los inútiles socialistas los alternen? ¿Para cuándo un gobierno de los mejores?
Creo firmemente, vehementemente diría yo, en el pragmatismo. En un pragmatismo que no renuncie a determinados valores pero que tampoco se vea sometido y esclavizado por ellos.
Y para eso es necesario volver a recuperar el valor de la investigación y la ciencia como motor de cambio e innovación de una industria casi moribunda. Es imprescindible poner los fondos públicos al servicio del talento, de la creatividad y de los jóvenes que estén dispuestos a esforzarse por sí mismos y por su país.
El anuncio de Fofito, estas Navidades, sobre las bondades de esta nación es lo más penoso, aunque emotivo por supuesto, que se ha visto en años. ¿Eso es lo que somos? En todo caso ¿eso es lo que queremos ser?
O nos empezamos a tomar en serio, nos disciplinamos, innovamos, creamos e invertimos en lo que hay que invertir o no tenemos ningún futuro. ¿Cómo se puede pretender tener un Estado de bienestar social a “la sueca” con la mentalidad de cofradía de pueblo con la que vivimos?
Debemos llevar a los jóvenes hacia la curiosidad, la razón, la ponderación, la ecuanimidad y la firmeza. Convertirles en puntales de una sociedad, de una nación fuerte, donde se les tiene en cuenta y ellos se sienten comprometidos con su país. Una nación con una fuerte tradición histórica pero que avanza desarrollando el logos colectivo, que apuesta por la defensa del medio ambiente, del sentido de comunidad y, al mismo tiempo, por su identidad cultural.
Zapatero, Rajoy,… ¡por favor! Todo es un “ir tirando”… Corrupción, amiguismo, cambalaches de todo tipo, tensiones por todas partes, jóvenes emigrando, amenazas de ruptura… ¡Qué tropa por Dios!
No veo en todo el panorama político español ni una sola persona con la mentalidad suficientemente avanzada y firme como para regenerar todo esto. O vuelta a la tradición social-católica o frivolidad y relativismo social. E intentos de modernizar y disciplinar a la nación, para qué hablar.
Hasta que no nos tomemos en serio y dejemos la épica, la gloria por un lado y la banalidad y la ligereza por otro e integremos en la sociedad una actitud mucho más apolínea, científica, ecológica e identitaria culturalmente no tendremos nada que hacer como colectivo.
España es pasión, sin duda, pero es necesario que alguien la recoja y la canalice.
Y entonces volveremos a ser una de las más grandes naciones del mundo, algo a lo que no hay que dejar de aspirar, pero no desde la puerilidad adolescente sino desde el compromiso maduro de toda la sociedad.
Mientras tómense una “relaxing cup de café con leche” (Botella dixit).
Fuente                                         Damián Ruiz
elmanifiesto