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sábado, 6 de diciembre de 2014

¿CATÓLICOS Y REVOLUCIONARIOS?



Sudamérica; la izquierda revolucionaria contra el aborto. ¿Efecto Correa?


Las declaraciones del presidente de Ecuador vuelven a abrir el debate sobre la interrupción de los embarazos y la legislación en América Latina
El aprecio de la Iglesia ecuatoriana no se hizo esperar y, a través del presidente de los obispos Antonio Arregui, llegó al destinataro como elogio público «por la valentía y la nobleza de ánimo con que habló». Un veredicto sobre las declaraciones del presidente de Ecuador, Rafael Correa, sobre la despenalización del aborto si la ley fuera aprobada en el Congreso de su país, con el apoyo de sus compañeros de partido (Alianza País).

Como una piedrecita en el estanque, el “católico” y “revolucionario” presidente ecuatoriano agitó las aguas en Sudamérica, en donde la izquierda, en sus diferentes grados, gobierna desde hace una década. Y con un Papa como Francisco, «avanzado» en cuento a temas sociales, que propone un «nuevo equilibrio en el edificio moral de la Iglesia», también se barajean las cartas de la izquierda latinoamericana.

El ex presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, tomó la misma dirección que Correa en 2008 y su negativa a aceptar la ley le costó el ostracismo de una buena parte del “Frente Amplio”, a cuyo nombre gobernaba, y la misma silla presidencial. A pesar de todo, no cambió su postura ahora que nuevamente corre como candidato y volvió a insistir en que ningún científico medianamente sensato puede negar que un cigoto, fruto de la fusión de dos células, es un individuo diferente del padre y de la madre. Com un lenguaje médico (no hay que olvidar que Tabaré Vázquez es ginecólogo) aclaró que la filiación no se determina por el anidamiento sino por la fecundación, y esta no es una cuestión religiosa sino una certeza biológica. Tabaré Vázquez, según los sondeos, se prepara para volver a ocupar la silla presidencial que perdió en 2010. Las próximas elecciones serán en octubre de 2014. 

En Argentina, mientras la presidenta Cristina Fernández mantiene su postura anti-abortista a nivel personal, a pesar de que la mayor parte del “kirchenismo” esté a favor, otro socialista, además candidato a la presidencia, Hermes Binner (como Tabaré Vázquez), afirmó, «como médico»,  que «defender la vida es estar en contra del aborto», pero sin compartir su penalización. Algo semejante opina el presidente boliviano, Evo Morales, cuando sostiene que el aborto es un delito, aunque parecería estar a favor de la despenalización que se está discutiendo en su país.

Sorprende observar que la izquierda más revolucionaria, la que hace algunas décadas era una guerrilla, es también la más intransigente en contra del aborto. Probablemente porque históricamente está más inclinada hacia el “sentir” popular de las localidades rurales y prevalentemente católicas a las que se proponía levantar en armas. El presidente de El Salvador, Mauricio Funes, por cuenta del FMNL, se ha opuesto en diferentes ocasiones a la despenalización del aborto y ha afirmado recientemente que no promoverá ninguna reforma a la Constitución que vaya hacia esta dirección. Daniel Ortega, sandinista y ex-guerrillero, incluso rechazó las enmiendas que despenalizaban el aborto terapéutico. La postura antiabortista del plurimandatario nicaragüense la comparte también su esposa, Rosario Murillo, que con bastantes probabilidades lo sucederá en la presidencia en las próximas elecciones, según los sondeos.

La izquierda que quiere el aborto, aunque con diferentes grados en cuanto a la «libre auto-determinación de la mujer», tiene sus paladines en el ex-presidente brasileño, Lula Da Silva (contrario al aborto como ciudadano, pero a favor como jefe de estado) y en la socialista Michelle Bachelet, cuya elección, dada por cierta, volvería a proponer la despenalización en el código chileno. Son notables las posturas favorables de la izquierda mexicana en general y, en particular, del Partido Democrático Revolucionario, que en el Distrito Federal ya aprobó la despenalización del aborto, ofreciendo el servicio público en los hospitales para la interrupción del embarazo. Mientras tanto, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, como su predecesor Hugo Chávez, legalizaría el aborto solo en los casos de violación e incesto; en cambio, el opositor Henrique Capriles, se ha declarado «de acuerdo con al aborto terapéutico y la píldora del día después».

Fuente                                        Alver Metalli

viernes, 5 de diciembre de 2014

DERECHOS DEL NIÑO



¿Dónde han quedado los derechos del niño?
A 25 años de la firma de los Derechos del Niño ¿Dónde han quedado los derechos del niño después de 25 años? En un mundo con 400 millones de niños esclavos, con la planificación contra la vida y la familia por parte de los organismos internacionales y de las grandes corporaciones económicas transnacionales.

El 20 de Noviembre de 1989 se aprobaba la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) por la Asamblea General de Naciones Unidas y entró en vigor el 2 de septiembre de 1990.
Los 54 artículos que componen la CDN recogen los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos de todos los niños. Su aplicación es, en teoría, obligación de los gobiernos, pero también define las obligaciones y responsabilidades de otros agentes como los padres, profesores, profesionales de la salud, investigadores...etc.
Varios hechos constatan la situación de los niños y el atentado permanente que se hace contra la vida.
Por un lado la existencia de 400 millones de niños esclavos en el mundo. La mayoría coincide en países empobrecidos donde la economía informal propiciada por un capitalismo salvaje hace que sus padres estén en el paro; son dos caras de la misma moneda.
La situación de guerra que viven miles de niños en el mundo, incluyendo la violencia de las mafias y la trata, que se han introducido en la vida social y económica aplastando a los pobres. Las guerras se amplían con fuertes intereses en la venta de armas y en mantener conflictos de forma permanente.
Los niños desplazados en guerras como la Siria, viviendo en campos de refugiados toda su infancia, niños inmigrantes en las fronteras de EEUU o Europa, y los 50.000 que mueren al día en la guerra diaria del hambre, claman Justicia.
En los países enriquecidos se ha expulsado a familias enteras a la exclusión, privándolos de los servicios básicos (alimentación, educación..), como ratifican informes de Cáritas en España y otros a nivel de la OCDE que ponen de manifiesto esta situación de retroceso. Por ejemplo se señala en alguno de estos informes que entre 2008 y 2012 las familias griegas habrían retrocedido en sus condiciones económicas, el equivalente a 14 años.
Las políticas antinatalistas y contra la familia, hace que países como España se sitúen en 2023 con casi un millón de niños menos que en la actualidad.
Es necesario, pues, como mejor aportación a los derechos del niño, defender la Justicia, denunciar los mecanismos del robo a los pobres, fomentar el derecho al trabajo por encima de los "derechos del capital", y situar, a la persona humana en el primer lugar en todo el desarrollo de las políticas internacionales tanto económicas como socioculturales.
Fuente

jueves, 4 de diciembre de 2014

MEMENTO AUDERE SEMPER



Gabriele D'Annunzio, el hombre de las mil caras que revolucionó Europa

Poeta, dramaturgo y novelista prolífico… Aviador, héroe de guerra... Gran plagiario y apasionado ideólogo artístico y literario, pero también político… Amante legendario…Gabriele D’Annunzio fue un personaje excesivo, a la vez histriónico y profundo, dulce, cruel y vanidoso, que quiso ser protagonista de la gran novela de una vida: la suya, en la que se proyecta como un superhombre nietzscheano a la manera operística de los italianos, quienes lo llamarán «el Vate». Es decir: «poeta profeta» (y lo fue en su tierra). A este personaje excepcional dedica la historiadora británica Lucy Hughes-Hallett esta espléndida biografía: «El gran depredador. Gabriele D’Annunzio, emblema de una época» (Ariel).
Simbolismo y esteticismo
Nació en Pescara el 12 de marzo de 1863 en el seno de una familia de hacendados. Muchacho precoz, publica su primer libro de poemas, «Primo vere (Primero verdadero)» a los dieciséis años; y su primera novela, «El placer», en 1889. Su obra recibe influencia de corrientes finiseculares como el simbolismo (Charles Baudelaire, Arthur Rimbaud, Paul Verlaine, Stephan Mallarmé) o el esteticismo (Walter Pater, William Morris, Oscar Wilde, Karel-J. Huysmans), muy en especial, cuando animan a hacer de la vida de cada cual una «obra de arte».
Escritor de éxito arrollador (las representaciones de sus dramas podían acabar en manifestaciones y los diarios publicaban en primera plana sus poemas más polémicos), de él James Joyce dirá que era «único, como Flaubert» y aún lo equipara con León Tolstoi y Rudyard Kipling. También lo celebraron autores tan disímiles como Marcel Proust o el novelista y psicólogo norteamericano William James. El escritor francés Romain Rolland brinda la metáfora que da título a este libro cuando lo compara con el lucio, ese tiburón de los ríos: «Un depredador que se mantiene agazapado esperando que surja alguna idea», aunque no siempre las ideas que manejaba fueran suyas (sin embargo, si las copiaba, él sabía regurgitarlas como novísimas).
Quizá no ha sobrevivido al tiempo como merezca, pero entre sus libros cabe citar novelas como «El inocente» (llevada al cine por Luchino Visconti), «El triunfo de la muerte» o «Las vírgenes de las rocas». Poemarios como «Canto nuevo», «Poema paradisiaco» o, entre otros, «Cantos del cielo, del mar, de la tierra y los héroes». Obras de teatro y ópera como «Sueño de una mañana de verano», «Sueño de un ocaso de otoño», «El martirio de San Sebastián» (libreto escrito para Claude Debussy durante su «exilio» parisino por deudas); «Francesca de Rímini», «La nave» o «Fedra». Y además, otros textos autobiográficos o políticos.
Amante legendario
Bajito, calvo, tuerto, cargado y estrecho de hombros, D’Annunzio fue un mujeriego insaciable y exhibicionista(gustaba de anotar con detalle sus prácticas sexuales) pese a haber contraído matrimonio con María Hardouin di Gallesse, con la que tuvo tres hijos. Matrimonio que duró poco (1891-1893). Pero su mayorhistoria de amor la vivirá con la gran actriz Eleanora Duse entre 1894 y 1910.
Héroe aviador, ideólogo político y estadista
D’Annunzio crece cuando acaba de cerrarse, allá por 1870, el largo proceso iniciado en los años veinte del siglo XIX y que conduce a laReunificación de Italia con la caída de Roma, de donde proviene la fuerte impronta nacionalista de su ideario artístico y político. Será diputado. Y venera a Giusseppe Garibaldi, pues, si aquellos fundadores crearon Italia, ahora había que crear italianos: «La voz de mi raza habla por mi boca».
Gabriele D’Annunzio, sobre todo, fue un portentoso publicista de sí mismo, como así lo confiesa: «Sé cómo inspirar a mis acciones el poder duradero de un símbolo». Durante la Gran Guerra fue aviador y perdió un ojo, pero se le recuerda por haber bombardeado Viena con panfletos (y alguna bomba). Por todo ello, años más tarde el Rey Víctor Manuel II lo hará Príncipe de Montevenoso a instancias de Benito Mussolini. Sin embargo, por encima de su valentía, aún cabe recordar cómo fundó en 1919 el Estado Libre de Fiume (hoy Rijeka, Croacia).
Marchó sobre la ciudad cuando su destino estaba siendo debatido en París al finalizar la contienda y el ejército enviado para impedirlo desertó. Allí quería crear un estado que fuera un modelo en lo político y deslumbrante en lo cultural: «Un faro que luce en medio de un océano de abyección». Allí concurrieron sindicalistas, anarquistas, nacionalistas de todo tipo, artistas, escritores, vividores, prostitutas, traficantes de cocaína y otras drogas… Dota al nuevo y efímero estado (el ejército italiano lo derribó en 1920) con una constitución innovadora que redacta junto con Alceste de Ambris.
Aunque el mismísimo Lenin le consideraba «el único revolucionario de Europa», allí se prefiguran aspectos fundamentales del fascismo (aunque él nunca lo fue, el fascismo sí fue d’annunziano). Entre ellos: el corporativismo (nueve corporaciones generales: empleados, obreros, campesinos, profesionales, etc., a las que sumó una décima de «humanos superiores», entre los que se contaban poetas, filósofos, artistas y otros superhombres). Se hizo llamar «Duce», puso de moda las camisas negras y el saludo romano, ensalzó como ideales la juventud o la virilidad y se deleitó con grandes ceremonias de masas cuasi litúrgicas.
Es verdad que se benefició de su influencia, pero nunca abrazó la ideología de Mussolini, quien lo consideraba su anunciadorel Bautista, aunque sí cabe achacarle que le facilitó el camino. En fin, D’Annunzio murió súbitamente el 1 de marzo de 1938 en Gardone Riviera.

Fuente                                        Tulio H.Demicheli

miércoles, 3 de diciembre de 2014

UN AÑO DESPUÉS



Un año desde Maidan


Hace ya un año comenzaron las protestas en Maidan. Lo que una noche del 21 de noviembre de 2013 comenzó como una protesta pacífica se fue transformando poco a poco en una revuelta política que terminó derribando al gobierno de Yanukóvich –que se dio a la fuga- y creó un escenario político convulso que aún no se ha despejado. Quedan muchas preguntas por responder –aún no se sabe, por ejemplo, quién dio armas a los concentrados en la plaza de Kíev- y muchas responsabilidades por depurar. Las protestas y la represión se fueron volviendo cada vez más violentas. Los nacionalistas ucranianos secuestraron lo que empezó como un movimiento europeísta y moderado y terminó transformándose en un fantasma que evocaba la colaboración de algunos nacionalistas ucranianos con los nazis durante la II Guerra Mundial como una forma de patriotismo.

Así, el espíritu liberal y democrático que exigía transparencia y el fin de la corrupción se convirtió en un movimiento excluyente para los rusohablantes de Crimea y la zona oriental del país , que originó desde las medidas legislativas contra el uso de la lengua rusa en la esfera pública –por ejemplo, el intento de derogar la ley de 2012 que daba al ruso el estatuto de lengua cooficial en ciertas regiones- hasta la exaltación de los militares colaboracionistas o la propaganda nacionalista ucraniana. Los rusohablantes de la zona oriental del país y de Crimea sintieron que las autoridades surgidas de Maidan eran ilegítimas.

La Unión Europea y los Estados Unidos tomaron partido, primero, por los manifestantes de Maidan y, después, por los políticos que controlaban la Rada Suprema y habían asumido el poder tras la huida de YanukovichLa Federación de Rusia se puso del lado de los ucranianos orientales y de los crimeos. Grupos armados por empresarios, milicias y paramilitares comenzaron a aparecer en Ucrania Oriental mientras Crimea volvía la vista a Moscú. La zona oriental del país se convirtió en un polvorín donde los nacionalistas y los prorrusos siguen combatiendo hoy. En semanas, Crimea organizó un referéndum y fue admitida en la Federación de Rusia. Alguien cometió en Bruselas y en Washington un error del cálculo.

Un año después, la situación en Ucrania dista de haber mejorado. En realidad, ha empeorado para todos y los errores, en lugar de corregirse, se han agravado. En Ucrania, las promesas del Presidente Poroshenko de una solución rápida al conflicto pasaron a ser órdenes para una ofensiva militar que terminó fracasando ante la resistencia de los ucranianos del Dombass y los rusos que combaten junto a ellos. Las acusaciones cruzadas entre unos y otros por el derribo del avión MH17 de Malaysian Airlines se han convertido en un trágico bumerán que vuelve a girar cada vez que se publica un nuevo informe o aparece un vídeo en las redes sociales.

Las sanciones impuestas a Rusia han tenido como consecuencia la adopción de contramedidas por parte del Kremlin. Si la economía rusa está sufriendo los efectos del castigo de Washington y Bruselas, las empresas europeas tampoco son ajenas a los daños causados por la respuesta rusa. Los bajos precios del petróleo perjudican a Moscú mientras que Ucrania solo ha conseguido un acuerdo provisional con Gazprom en el contencioso que mantienen por el gas. El invierno aún no ha terminado.

Este sábado se publican nuevas sanciones contra personas físicas y jurídicas a las que la Unión Europea considera responsables de apoyar activamente acciones y políticas que menoscaban la integridad, soberanía e independencia de Ucrania, y de haber contribuido a aumentar la desestabilización en el país. Son trece individuos y cinco organizaciones que amplían la lista de ucranianos y rusos sancionados por Bruselas.

Sin embargo, así no se solucionará la crisis. La salida a este conflicto no es militar ni pasa por la humillación de Rusia. Es un error celebrar el descenso mes a mes de las reservas internacionales rusas y es equivocado presionar solo a Moscú soslayando que hace un año no fueron los rusos ni los ucranianos rusohablantes quienes iniciaron el proceso revolucionario de la plaza Maidan. Hasta ahora, las amenazas a Rusia han servido para muy poco. 

Acorralar a Rusia solo servirá para agravar el problema, no para resolverlo.

Fuente                               Ricardo Ruiz de la Serna

martes, 2 de diciembre de 2014

MALDITOS ENTRE LOS OLVIDADOS



Falangistas víctimas del terrorismo etarra

La asociación Falange/violencia política suele circunscribirse, por los historiadores, casi exclusivamente a la sufrida a lo largo de la Segunda República española; período en el que nace esta formación y en el que se desenvuelve casi toda su vida política.

La trágica guerra civil subsiguiente, que acabó con el experimento republicano, también puso término a la organización Falange Española de las JONS, formalmente suprimida con el Decreto de Unificación de 19 de abril de 1937 en la pseudo-totalitaria estructura Falange Española Tradicionalista y de las JONS –posteriormente denominada Movimiento Nacional- en la que se encuadraron unos pocos miles de supervivientes de la falange anterior a la guerra, privados además de casi todos sus líderes, y desbordados por otros cientos de miles procedentes de los antiguos partidos derechistas, oportunistas de todo pelaje, fascistizantes frívolos y sin escrúpulos…

Casi cuatro décadas después, diversas organizaciones se reclamaban herederas de la originaria Falange, enzarzándose en estéril batalla en pos de los títulos de la legitimidad, la ortodoxia y las mismísimas siglas fundacionales. Una cuestión irresuelta, ¡todavía hoy!; no en vano, al menos tres pequeñas agrupaciones recogen en su denominación tal referencia.
Una de esas organizaciones, en cierta medida identificada con el Movimiento Nacional, se legalizaría bajo el histórico nombre de Falange Española de las JONS, manteniéndose hasta hoy día. Diferenciada de las otras “falanges” con el adjetivo de “histórica” o “raimundista”, de su franco-falangismo primigenio, y encabezada por Raimundo Fernández Cuesta, hasta la actual liderada por Norberto Pico Sanabria, han sido muchas las vicisitudes sufridas, así como los cambios tácticos experimentados incluso por lo que respecta a tan discutidas referencias tardofranquistas.

Puede afirmarse, con seguridad, que la más numerosa de esas organizaciones, que se reclamaban como legítimas y directas herederas de la original, fue –lo es hoy- la que ha detentado tal denominación a lo largo de este reciente periodo de la historia de España. No obstante, además del baile de militantes de unas a otras organizaciones más o menos afines –practicado con fruición en un sinfín de escisiones, expulsiones, abandonos, etc., tan característico en ese ambiente- contingentes no tan numerosos, como voluntariosos, militaron en las otras organizaciones azules.

En este confuso contexto, de coexistencia de varias “falanges”, se desarrolló un triste y casi olvidado episodio: la persecución etarra/terrorista de los falangistas; y no decimos de “la Falange”, pues en puridad de conceptos, y aún reconociendo que la inmensa mayoría de esas víctimas militaban en la organización de Fernández Cuesta, ¿cómo reconocer como legítima a ninguna de esas facciones, excluyendo a todas las demás, salvo recuperando y tomando partido en tan esotérica confrontación interna?

En un intento de salvar tan injusta desmemoria, fruto en gran medida de los prejuicios y complejos de la vida pública española, y en homenaje al sufrimiento de estos desconocidos “caídos” del falangismo actual, acaba de ser editado el libro Víctimas del silencio. El acoso de ETA a la Falange durante los Años de Plomo (Iván García Vázquez, prólogo de Miguel Argaya Roya, Glyphos Publicaciones, Valladolid, 2012, 168 páginas).

Ciertamente, la adopción de un criterio delimitador de los sujetos del estudio se presenta como una cuestión delicada en todo caso. ¿Únicamente falangistas con carnet de FE de las JONS?, ¿y los afiliados a las otras “falanges”?, ¿y los falangistas sin adscripción?, ¿y los simpatizantes que también lo eran de grupos no azules?, ¿y los franquistas no adscritos a grupo alguno que un día militaron en el Movimiento Nacional? ¿Dónde trazar la línea roja?

Como punto de partida, el joven autor asume como criterio metodológico fundamental, aunque no sea materia pacífica según veíamos, la adscripción material y personal de las víctimas a la organización Falange Española de las JONS; por lo que deja fuera a posibles objetivos terroristas que militaron en otras, tales como Falange Española de las JONS (Auténtica), Partido Nacional Sindicalista - Círculos José Antonio, Falange Española (independiente), y otros grupos menores.

Transcurridas varias décadas desde su asesinato, es muy difícil aproximarse a la subjetividad de aquellas personas, cuando –acaso- incluso sus más próximos ignoraban o desconocían los matices que pudieran haberlos incluido en una u otra categoría. Si la aplicación de un “falangistómetro” siempre ha sido cuestión problemática desde una perspectiva “interna”, en este contexto de muerte y extrema violencia contra los más elementales derechos humanos, se antoja artificiosa; no obstante, el autor tenía que establecer un criterio estructural para su trabajo, salvo que el intento careciera de rigor.

Pero, aunque el autor ha establecido como criterio formal el de “falangista con carnet de FE de las JONS”, también incluye algunas excepciones al mismo. Es el caso de la primera mujer policía asesinada por ETA, María José García Sánchez, hija de un militante de la organización. Acaso se justifique esta excepción como un intento, por parte del autor, de visibilizar el dolor y sufrimiento que el terrorismo generó entre personas de toda clase y condición, incluidos los falangistas; también golpeados cruel e imprevisiblemente.

Ya se deba a la aplicación de ese criterio formal, o a la no disposición de otras fuentes documentales y/o testimoniales de la época, echamos de menos en este libro la referencia a otras víctimas de filiación falangista, en una modalidad u otra, a las que el terrorismo arrebató la vida. Pensamos, por ejemplo, en el guardia civil Ángel Antonio Rivera Navarrón, asesinado en Guernica el 8 de octubre de 1977, vinculado al Círculo Cultural Hispánico, organización netamente falangista de la capital catalana, que así lo recogió en su boletín mensual Nº 18, correspondiente a diciembre de 1997 en reflexivo y contenido homenaje.

Desde la perspectiva de un nivel de práctica terrorista de inferior perfil al referenciado, tampoco se recogen en el libro los diversos incidentes callejeros sufridos por militantes de FE de las JONS y otras organizaciones falangistas, con motivo de la instalación de puestos de propaganda en Bilbao, Pamplona, Vitoria…, agresiones individuales, ataques a equipos de propaganda, tales como colocación de carteles y pegatinas, elaboración de pintadas y murales, etc. Tales agresiones difícilmente pueden ser calificadas como atentados terroristas, salvo que trajéramos a colación el concepto y táctica –algo posterior en el tiempo- de “kale borroka”. Coadyuvantes, en todo caso a los atentados terroristas stricto sensu, tales acciones contribuyeron a la anulación de esos grupos azules; caracterizados por una notable precariedad de medios, pero adornados, eso sí, de las virtudes propias de la militancia falangista más clásica: la capacidad de sacrificio, el ejercicio de la obediencia, la voluntad de servicio, la fidelidad a los principios. Para su cómputo y narración sería imprescindible una investigación testimonial a cargo de sus protagonistas, muchos de ellos ya residentes fuera del País Vasco y Navarra, y alejados de tales organizaciones en su inmensa mayoría. Una labor compleja, ciertamente. Aunque escasamente documentados por los medios de comunicación de la época, fueron muchos los incidentes de esas características. Mencionaremos, a título de ejemplo, la agresión que sufrieron unos militantes de Falanges Juveniles de España y Falange Española (independiente) por los integrantes de una manifestación mientras voceaban periódicos falangistas en una céntrica calle de la ciudad, en Pamplona, según reseñó al día siguiente la Hoja del lunes del 24 de marzo de 1980 y el martes Diario de Navarra, Deia, El pensamiento navarro, Egin y La Gaceta del Norte; tratamiento informativo que evidencia que el incidente alcanzó no poca relevancia en la capital foral.

La vida cotidiana resulto muy difícil en aquellos años para esas decenas de militantes falangistas, en general adolescentes y jóvenes, que mantuvieron erguida la bandera rojinegra en el País Vasco y Navarra. Inmersos en un clima asfixiante dominado por la izquierda abertzale, juzgados por el perverso y extendido “algo habrá hecho”, contemplados con indiferencia o temor por sus vecinos, se enfrentaron a unas dificultades inverosímiles para la inmensa mayoría de sus correligionarios, quienes podían vivir la militancia en unas circunstancias menos amargas. Marginados entre los propios perseguidos por el terrorismo y sus cómplices, en ocasiones con unos padres desconocedores de su militancia o aterrorizados por las temidas consecuencias que de ella podían derivarse, vivieron durante unos años vitales con una espada de Damocles pendiendo sobre sus existencias y condicionándolas: en sus estudios y trabajos, su espectro de relaciones sociales, sus afectos personales…

Ocasionalmente, militantes de otras regiones acudían a mítines celebrados en Bilbao y otras localidades¸ en actitudes no pocas veces tan provocadoras como excéntricas... Pero finalizadas tan gloriosas jornadas, regresaban a sus lugares de origen, dejando huérfanos de apoyos a sus correligionarios vascos y navarros, con sus miedos, temores y... su soledad.

Por ello, a quienes vivieron en ese contexto, puede causar cierto asombro que el autor haya dedicado un capítulo a algunas de las implicaciones vividas por el que fuera Jefe Nacional, Diego Márquez Horrillo, en su calidad de presunto objeto terrorista. Ante el drama del holocausto supremo de unos cuantos militantes falangistas, y el temor cotidiano de quienes sobrevivieron a gravísimos atentados terroristas o a una vida casi imposible por un cierto tiempo, las peripecias narradas por el citado no superan la categoría de anécdota que casi nada aporta. Mejor servicio hubiera prestado explicando, por ejemplo, por qué se ha privado, desde su propia organización, de homenajes y honores a los camaradas caídos. Puede entenderse esa indiferencia desde trincheras ajenas; no es comprensible desde la “Santa Hermandad de la Falange”. Tal vez explique tal incongruencia el prologuista del texto, al afirmar que “… duele, en fin, que la memoria de esos militantes y concejales falangistas haya pasado todos estos años relegada incluso por sus mismos camaradas, seguramente embebidos en esas guerras internas y esa avidez conspirativa que tantos les atraen” (página 9). Acaso, el ejemplo de los antiguos camaradas de Juan Ignacio González -persona de convicciones falangistas, secretario nacional del Frente de la Juventud asesinado en Madrid el 12 de diciembre de 1980 en un atentado todavía no resuelto- en sus servicios de homenaje a su memoria, pudiera señalar un buen ejemplo a seguir por los actuales falangistas.

En otro orden de cosas, causa asombro el empleo por el  autor, y en varias ocasiones, del término “ejecutar”, en lugar del más correcto “asesinar”, al referirse a atentados terroristas que causaron la muerte de sus víctimas. El término “ejecutar” forma parte notoria de ese empleo perverso del lenguaje del que han hecho gala los terroristas, sus cómplices y tantos medios de comunicación perezosos o complacientes durante décadas: en lugar de hablar de un asesinato se referían al mismo calificándolo de “ejecución”. Así, la valoración moral implícita al concepto “asesinato” no sólo se anulaba mediante el empleo del término “ejecución”, sino que a sus autores se les arrogaban funciones semiestatales, elevándolos de categoría, tanto en la naturaleza de la acción, como de la moral. Esta táctica, otra más desplegada desde las multiformes factorías del terrorismo, ha sido progresivamente denunciada desde el entorno de las asociaciones de víctimas del terrorismo, así como por parte de algunos intelectuales, prematura o tardíamente incorporados a tan estimable misión, en un debate que profundiza en las raíces morales del terrorismo y de la propia sociedad que lo sufre.

Respecto a la parte gráfica del libro, debemos calificarla de irregular. Sin duda el autor ha realizado un notable esfuerzo. Pero algunas fotografías, que resultan de gran interés, apenas presentan un tamaño de 2’7 x 4’2 cm., lo que dificulta su visualización. Las fotografías actuales de los lugares donde algunos comandos de ETA se escondieron en Madrid, en un tiempo determinado, mantienen un interés muy secundario; mayor atractivo presentaría, por ejemplo, de tratarse de los lugares donde se consumaron los atentados, o donde reposan los restos de los caídos, en su caso. De las reconstrucciones infográficas de los atentados, que ocupan cinco páginas, es de justicia calificarlas de magníficas.

No por todo ello deben sacarse conclusiones negativas: el libro, debe afirmarse con rotundidad, era necesario, pues afronta una cuestión “maldita”: la de los marginados entre los olvidados. Si era duro ser guardia civil o policía nacional en los “años de plomo”, no era mejor cosa ser acusado de “chivato” o “ultraderechista” por los terroristas y sus cómplices. Por ello es un libro valiente y bien orientado en general, tanto en su metodología, como en el tratamiento de la información recogida. Pero, en aras de la objetividad histórica y de un ejercicio razonable de memoria colectiva, se precisaría de un estudio más completo; acaso enmarcado en el concepto más amplio de violencia política, que engloba el de terrorismo.

En ese sentido, el propio libro marca esa necesaria línea futura, al partir del asesinato del falangista Ramiro Figueroa Ruiz en Valdemoro, por un militante del Partido Comunista de España, el 9 de mayo de 1977; lo que a priori se excluiría desde los límites formales del estudio. Y también refuerza esa línea con el tratamiento de diversos aspectos biográficos de las víctimas, la evolución de sus familiares directos, homenajes que desde cualquier instancia recibieran años después, el tratamiento penal de los terroristas…

Esa voluntad de afrontar la cuestión en su globalidad, si bien no consumada en su actual expresión, se evidencia de nuevo al investigar el capítulo de los atentados contra locales falangistas; táctica de “tierra quemada” desatada contra falangistas y otras presencias “españolas” que los terroristas entendieron incompatibles con su proyecto totalitario. Si bien trata especialmente el caso del atentado con explosivos contra el local falangista de Santoña (Cantabria) el 7 de marzo de 2006, se remonta en su estudio al asalto que sufriera la modesta sede de Falange Española (independiente) de Pamplona en 1978. Asimilable en su materialidad a lo que hoy conocemos como fenómeno de las bajeras juveniles, estuvo ubicada durante casi cuatro años en el bajo de un edificio ya desaparecido de la calle Río Cidacos del barrio de La Milagrosa; circunstancia que, aunque conocida por no pocas personas, se mantenía en una extrema discreción que lindaba en la clandestinidad impuesta por esa realidad hostil a la que antes nos hemos aproximado.

Víctimas del silencio. El acoso de ETA a la Falange durante los Años de Plomo, establece, pues, los vectores imprescindibles de una investigación más amplia que precisa el sano e imprescindible ejercicio de memoria histórica falangista y, por ende, pese a quien pese, española. 

Fuente                      Fernando José Vaquero Oroquieta

lunes, 1 de diciembre de 2014

LA CRISIS DEL MARXISMO



Cacciari: "El comunismo ha concluido política, social y culturalmente"

Massimo Cacciari, profesor de estética en el Instituto Universitario de Arquitectura de Venecia, autor de Sobre la génesis del pensamento negativo, dedica un ensayo al teatro de Calderón en su última obra. Recién aparecida en castellano con el título Drama y duelo, es un conjunto de ensayos alrededor de los libros La torre, de Hofmannstahl, y los Diarios (1910-1911), de Lukács. Por otra parte, también ha sido publicado su libro Hombres póstumos, un trabajo en torno a la cultura vienesa de los primeros años del siglo. Cacciari argumenta su teoría filosófica en torno al concepto del "pasado como soporte", rehuyendo la interpretación del pasado como un conjunto de sistemas cerrados e interpretándolo como un continuo língüístico que se relaciona con el presente.
Militante del Partido Comunisla Italiano (PCI) en los años sesenta, tiene Massimo Cacciari la impronta, pese a su juventud, del pensador ensimismado que rehúye en su gesto y su palabra la actitud de seductores de la inteligencia que cailifica a gran parte de la actual selección teórica europea, pertenezcan sus miembros al equipo del pensamiento debil, al sociológico, al semiológico o al de los descubridores de los encantos de la socialdemocracia.
Cacciasi, que continúa colaborando con el PCI en relación con la alcadía de Venecia, critica el pensamiento marxista y su consecuencia política, el comunismo, con tanta claridad como contundencia. "Marx aporta cierta idea al pensamiento europeo, según la cual el pensamiento es verdad en la medida en que ese pensamiento se realiza. Ésta era una idea que ya pertenecía al pensamiento europeo, pero que nunca había sido explicitada. Desde este punto de vista, tiene gran afinidad con el discurso de Nietzsche. Esta tendencia, que encuentra la verdad en la reahzación del hecho, viene a demostramos que el pensamiento marxiano no lo tenemos a nuestra espalda; por contra, está continuamente a nuestro lado, de frente: es común en el hombre europeo pensar que el pensamiento no vale nada si no se puede realizar. Eso es el presente, eso es el mercado. La ley del presente. Se destroza el juego del pensamiento dentro de la necesidad de realizarse; esta construcción a la realización y a la eficacia destruye elementos importantes de la dimensión estética de la vida del hombre. Es imposible vivir el juego estético del pensamiento".
Con la forma política, la contundencia es aún mayor. "El comunismo ha concluido política, social y culturalmente, sea en su forma de partido, sea en su forma de Estado. Si Marx sigue siendo un problema, es porque forma parte de nuestro sentido común como europeos".
Vuelta al pasado
Ante la crisis del marxismo, que es en cierta medida "la consecuencia última de la crisis de la modernidad", Cacciari vuelve sus ojos al pasado, "a la continuidad língüística de nuestra cultura, a los griegos". Claro que el pasado es pasado, y en él no residen respuestas absolutas; "ya decía Aristóteles que el trabajo del pensador no era encontrar la respuesta, sino generalmente otra pregunta".
Regresar al pasado supone regresar al mito. "Sí, pero también supone liberarnos de los mitos de la modernidad o reconocerlos como tales. Es regresar al mito, regresar a la palabra, a la voz, a la etimología. Por ejemplo, quedará destruido todo concepto de revolución que no asuma su etimología, es decir, que revolución supone revolverse sobre uno mismo, hacia el pasado".
¿Existe un pensamiento contemporáneo? "Existe un sentido. Un ejemplo: Freud era consciente de que no iba a encontrar ninguna respuesta definitiva a la neurosis de un cliente. ¿Qué hacía entonces? ¿Lo ponía en la calle? No. Trabajaba a través de la nebulosa, de la neurosis de su cliente, y avanzaba. Ése es el sentido del pensamiento contemporaneo: trabajar a través de las dudas, y mientras tanto, ¡vivir!".
¿Cuál sería la traducción política de ese planteamiento? "La democracia. La base del discurso democrático es saber que siempre tendremos problemas, que siempre viviremos con nuestra esquizofrenia, trabajando con ella, transformándola, y que el pasado vive a través de nuestro trabajo". "Si queremos construir culturalmente y no sólo económicamente la unidad de Europa, tendremos que interrogarnos necesariamente sobre ese pasado común que nos soporta. Después habremos de transformarlo, desarrollarlo, pero siempre en el interior de ese flujo común".
Fuente                                           José Méndez

domingo, 30 de noviembre de 2014

GENÉTICAMENTE MODIFICADOS



¿Por qué EE.UU. promociona los transgénicos y Rusia los prohíbe?

A pesar de las manifestaciones, peticiones y leyes que prohíben los transgénicos, EE.UU. sigue siendo inferior en las libertades 'democráticas' que ha prometido a su pueblo, critican expertos.

"Rusia ha prohibido por completo los transgénicos, y ha impuesto una moratoria a los organismos genéticamente modificados (OGM) de 10 años. Esa nación rechaza los transgénicos debido a los numerosos riesgos para la salud humana, mientras que EE.UU. continúa apoyando a consorcios como Monsanto y Syngenta", condena la periodista Christina Sarich en su artículo en el portal 'Global Research'. 

Según el portal, las semillas de ingeniería genética son tóxicas pero el Gobierno norteamericano apoya este "acto de tiranía contra el pueblo".

Además señala que tanto el Departamento de Estado como el poder Ejecutivo estadounidense han estado actuando como agentes de marketing para las empresas que patentan las semillas básicas para la supervivencia humana.

"Nuestros funcionarios electos planean implementar una oscura ley negando a los estadounidenses el derecho a saber. A principios de año un proyecto de ley fue presentado en el Congreso, y en caso de ser aprobado, suplantará a las leyes estatales sobre el etiquetado de los transgénicos", señala. 

Incluso el presidente Barack Obama en el 2013 firmó la Ley de Protección de Monsanto y un cable de WikiLeaks reveló que Washington hace 'lobby' a esa compañía de manera regular y cotidiana con Gobiernos extranjeros para que adopten políticas y leyes amigables hacia la biotecnología. 

La industria de las semillas transgénicas tiene una agenda global, pero está elaborando su oscuro plan en EE.UU., mientras que "las autoridades rusas son conscientes de que deben proteger a su población de los transgénicos", agrega. 

"Parece irónico que en la 'tierra de la libertad' no podamos derrocar democráticamente a los OGM, y que nuestros propios líderes nos impongan muros para negarnos el derecho a saber lo que contienen nuestros alimentos", denuncia Sarich. 


Fuente
rt.es